15 arrobas 7 cántaras
El intercambio
El nombre del vino ’15 arrobas 7 cántaras’ rememora el trueque que desde antaño se rubricaba entre el viticultor, que no tenía medios propios suficientes para la elaboración del vino, y la bodega, que aglutinaba la producción de uva de varios agricultores (más la suya propia) con el objeto de elaborar los preciados caldos. Así, el cultivador entregaba 15 arrobas de uva para recibir a posteriori como contraprestación 7 cántaras del vino ya elaborado.
Se trataba de un pacto tácito, sin necesidad de notario ni intermediario alguno, en el que la confianza y la lealtad eran la base de dicho intercambio. En un tiempo no demasiado lejano, en el que todas las transacciones se basaban en el respeto mutuo y en la reputación personal, los viticultores depositaban el fruto de sus desvelos, la uva, en manos del bodeguero, para que éste diera la forma final al denodado esfuerzo que los había ocupado durante todo el año.
El acuerdo se instauraba tras la vendimia, cuando el propietario de la uva ya recolectada transportaba en los comportones (enormes recipientes de madera) la cantidad de quince arrobas del rico fruto hasta las instalaciones de la bodega. Allí, el bodeguero se afanaba por cubrir todo el proceso de elaboración, extrayendo el mosto de la uva y fermentando el caldo obtenido hasta lograr el vino en su definitiva forma, que era devuelto al viticultor en siete cántaras.
La arroba y la cántara
Hoy casi olvidada y más recordada por los veteranos, la arroba era una medida de peso tradicional en la España agrícola, con distintas equivalencias según el territorio concreto en el que se abordaran los tratos entre productores. Así, por ejemplo, en la Comunidad Valenciana remitía a 12,78 kilos, mientras que en Castilla la arroba se quedaba en los 11,5 kilos y también en La Rioja Alta, donde se enclava San Asensio.
Por su parte, la cántara, unidad de medida que sigue estilándose en la viticultura, comprende 16 litros. Así pues, el cambio que efectuaban los agricultores y los bodegueros equivaldría actualmente a entregar 172,5 kilos de uva para obtener un rédito de 112 litros de vino. A tan noble trato rinde, pues, tributo este nuevo vino que ancla sus raíces en la tradicional relación de confianza mutua entre viticultores y bodegueros que siempre ha guiado la producción del preciado vino de Rioja.
El concepto del vino 15 arrobas 7 cántaras es nuestra respuesta a un sector del mercado que demanda un tipo de vino muy concreto, marcado por unas característica, como son una fuerte concentración aromática y sobre todo algo que se valora mucho en este momento como es la amplia estructura en boca.
Así como un retrogusto final mas largo y mas carnoso pero manteniendo su elegancia aromática y manifestando los recuerdos de fruta roja en los vinos tintos y rosados y evocando los aromas de fruta fresca en el caso de los blancos.
15 arrobas 7 cántaras Tinto
Vino elaborado por el sistema tradicional de maceración carbónica.
Procedente de uvas seleccionadas de viñedos viejos de tempranillo tinto, con una baja producción y recolectados a mano, transportado hasta la bodega en pequeños recipientes evitando la rotura de las bayas, y así poder realizar un proceso de fermentación intracelular, que inunda de carbónico el depósito de fermentación, evitando la perdida de aromas.
15 arrobas 7 cántaras Clarete
Procedentes de uvas tintas de las variedades garnacha y tempranillo, con una leve maceración y posterior sangrado, que permite una ligera extracción de color y un elevado potencial aromático.
Posteriormente el mosto es fermentado a baja temperatura obteniendo el máximo potencial aromático a una alegre sensación de carbónico y buena estructura en boca.
15 arrobas 7 cántaras Blanco
Blanco procedente de uvas de la variedad viura de una selección de viñas viejas, con una leve maceración en frío, y posterior fermentación a baja temperatura durante varias semanas del mosto limpio obtenido mediante procesos naturales.
Posteriormente permanece el vino fermentado en contacto con sus lías finas durante un tiempo.